Un entrenador que ha pasado del fútbol base al profesional en un tiempo meteórico. De la Tercera división a la élite en sólo cinco años. Es la trayectoria fulgurante de Narcis Pèlach “Chicho”, quien fue jugador del Figueres, el Palamós o el Girona FC, y que ahora ya es todo un referente, y un ejemplo, en el mundo del deporte y de la dirección de equipos. Con sólo 31 años, y después de un breve periodo en el Peralada, donde cimentó su prestigio como técnico, accedió al cargo de segundo entrenador del Girona FC en Segunda división. A pesar de su juventud, es un hombre con una experiencia notable y con una gran capacidad de trabajo y de análisis. Y, sobre todo, con una idea clara de cómo debe ser el mundo del fútbol. Un apasionado que vive el deporte con intensidad y que aplica una gran inteligencia a los entrenamientos y los partidos. Él mismo nos habla de sus vivencias y de muchos aspectos de una metodología que está creando escuela.
Fuente: l’Esportiu
– Hola Chicho, muchas gracias por aceptar nuestra propuesta de hacer una entrevista de carácter más técnico y decirte que estamos deseando conocer tu visión del entrenamiento del fútbol. En primer lugar, nos gustaría que nos hicieras un resumen de tu trayectoria como futbolista, de tu trayectoria como entrenador y, en relación a esto, en qué momento decides empezar a entrenar.
Como jugador jugué toda la etapa de fútbol base en el Girona FC, desde los 5 hasta los 18 años. Estuve jugando tres años en el juvenil División de Honor del club y después de hacer la pretemporada con el primer equipo de Raul Agné, en 2ªB; finalmente, salí para ir a la UD Cassà, en Tercera división. Después de tres temporadas en la UD Cassà, cambié para jugar una temporada en el AEC Manlleu, tres en el Palamós CF y dos en la UE Figueres. Con 27 años di por finalizada mi etapa como futbolista porque la UE Figueres me ofreció la posibilidad de entrenar al mismo primer equipo donde ya estaba jugando como futbolista.
Como entrenador empecé joven, entrenando equipos de fútbol base de la Unió Girona y luego la UE Figueres. Más adelante, y ya con equipos seniors, un año y medio en la UE Figueres en Tercera división; un año y medio en el Peralada-Girona B, en Segunda B; y la última experiencia, como segundo entrenador en el Girona FC en Segunda A. Desde muy joven tuve muy claro que quería ser entrenador. Sabía que no quería empezar tarde y nunca me vi jugando hasta los 33 o 34 años. Lo que no sabía era cuándo, cómo y dónde sería el momento. Este momento apareció después de haber obtenido el ascenso a Liga Nacional con la UE Figueres. Para la siguiente temporada, me ofrecieron entrenar el mismo primer equipo en el que estaba jugando como futbolista. Ese día supe que era el momento.
“DESDE MUY JOVEN TUVE MUY CLARO QUE QUERÍA SER ENTRENADOR”
Fuentes: Diari de Girona i l’Esportiu
– Qué estilo de entrenador és Chicho?
Creo y no creo con muchas cosas. Sé lo que era hace cinco años y sé quien soy hoy, pero no sé cómo y quién seré mañana. Por lo tanto, es una pregunta difícil de contestar porque los entrenadores evolucionamos y cambiamos cosas de manera constante. Lo que sí sé es que me siento muy identificado con el concepto de adaptabilidad. En función de quién, dónde, cómo, cuándo y por qué puedes ser un entrenador u otro. No es lo mismo entrenar el Figueres, que el Peralada, que el Girona. Por lo tanto, sé que tienes que ser flexible, pero a la vez tienes que tener una identidad. Por otra parte, y para ser más concreto, me gustan los equipos muy valientes con el balón y muy agresivos sin él. Me gustan los equipos comprometidos con una idea colectiva que está por encima de cualquier individuo. Me gusta que el equipo se comprometa con unos valores determinados: competitividad, humildad, disciplina y trabajo en equipo. Para mí, crear un equipo es más difícil, más valioso y más significativo que jugar bien.
“LOS ENTRENADORES EVOLUCIONAMOS Y CAMBIAMOS COSAS DE MANERA CONSTANTE. TENEMOS QUE SER FLEXIBLES PERO A LA VEZ TENEMOS QUE TENER UNA IDENTIDAD“
– En relación a los cambios que has vivido en cuanto a profesionalidad, nos gustaría que nos detallase cuáles crees que son las diferencias más significativas que te has encontrado en cada una de tus etapas. En primer lugar, el paso de entrenar un juvenil a entrenar un primer equipo de 3ª división. En segundo lugar, el cambio de un 3ª división a un 2ªB que es filial de un equipo de 1ª división (Peralada-Girona B). Y finalmente, el paso al fútbol profesional en un equipo de 2ª división que disputó las últimas dos temporadas en la máxima categoría española.
Cada categoría tiene sus cambios y particularidades a diferentes niveles, pero, sin embargo, la esencia es la misma: el juego. El motor es el mismo, la voluntad de jugar y la ambición de ganar. A más nivel, más repercusión y a más repercusión más presión. Empiezas a sentir que lo que estás haciendo implica cada vez a más gente. Relacionado con el juego hay muchísimas diferencias entre categorías, y no quiere decir que una sea mejor y la otra peor, pero cada una tiene sus características que la hacen única y especial. Por ejemplo, en Segunda B hay muy buenos jugadores, pero a menudo te encuentras con campos pequeños que te condicionan mucho el juego, jugadores físicamente muy preparados jugando en campos de reducidas dimensiones. Consecuentemente, se reducen mucho las condiciones de espacio y tiempo. Tienes que ser muy superior para ganar la ventaja de la jugada. Esto hace de la Segunda B una categoría difícil por la variabilidad de contextos. La Segunda división A ofrece un cambio radical a nivel de terreno y el talento del futbolista se incrementa considerablemente. Cualquier pequeña modificación implica cambios que implican reflexión y decisión para adaptarse bien a la categoría.
– En el Peralada, llegaste una vez la liga ya había comenzado y sustituiste al anterior entrenador justo antes de empezar la segunda vuelta. Una vez llegas y tienes cuatro días para preparar tu primer partido, ¿qué es lo primero que haces?
Arnau (entrenador anterior a Chicho en el Peralada-Girona B) recibió una oferta como segundo entrenador para entrenar un equipo chino con Raul Agné y decidió aceptarla. Entonces, el Girona se puso en contacto conmigo.
Con cuatro días sólo tienes tiempo para hacer lo más importante. No te puedes distraer y vas directo a aquello más significativo. Primero, llamar a los capitanes para presentarme. Segundo, reunirme con la plantilla para ofrecerles un camino. Tercero, entrenar como si fuera el último día que podíamos hacerlo. Después de haber analizado porque el equipo no conseguía ganar, intenté ser muy claro para explicar cómo creía que podíamos cambiar la dinámica. Lo más importante, entonces, era ofrecer un camino y ser convincente para que todos juntos lo siguiéramos. Aquel año, las cosas salieron muy bien, creamos un equipo y jugamos muy bien al fútbol.
– ¿Cuáles fueron tus sensaciones después de este debut empatando contra el Mallorca, en San Moix, y con la victoria a tu alcance, contra el equipo que era líder indiscutible?
El Mallorca era un gran equipo. Unas sensaciones muy buenas, aunque pudimos ganar en el último momento. Intentamos salir a jugar liberados, sin miedo, pero con respeto. Lo más importante ese día era mostrar las intenciones que queríamos adoptar por lo que restaba de temporada y no dejar nunca de dar cara. Encontramos el punto y el equipo rindió muy bien. Fue el primer paso para empezar a creer.
Fuente: Nuri Margui Photo
– ¿Cómo definirías tu modelo de juego? ¿Eres fiel a tus ideas o crees que lo tienes que adaptar según el contexto en el que te encuentres?
El modelo de juego es una herramienta muy amplia, representa todo lo que una persona es capaz de aprender, imaginar, reflexionar y experimentar. En mi caso, consta de bastantes áreas y vías de estudio y trabajo. Reúne todas las cosas que he copiado y aprendido de otras personas a las que estoy muy agradecido. El modelo nunca está terminado, siempre evoluciona para intentar que sea mejor, pero sabiendo que nunca será perfecto.
Soy fiel a lo que he aprendido y experimentado, sí. Pero fiel no significa rígido. Cada día pueden aparecer ideas nuevas que se incluirán o ideas obsoletas que uno cree que ya no sirven. Creo mucho en que el equipo debe tener unos hábitos y unas intenciones que son las que nos identifican y nos representan como equipo. Por otra parte, aunque hay unos pilares fundamentales que no varían, también hay otras ideas que se adaptan al contexto.
“EL MODELO NUNCA ESTÁ TERMINADO, SIEMPRE EVOLUCIONA PARA INTENTAR QUE SEA MEJOR. SOY FIEL A LO QUE HE APRENDIDO Y EXPERIMENTADO, SÍ. PERO FIEL NO SIGNIFICA RÍGIDO”
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